EXPERIENCIA DE MATERNIDAD
Introducción
Introducción
Yo no soy madre, pero he considerado que lo que me pueden aportar otras mujeres me enseña, prepara y enriquece, por este motivo he decidido basar este trabajo en una experiencia de maternidad que considero muy especial y cercana, y que me ha adentrado en este mundo, pudiendo observar la fuerza interior de una madre y analizar los prejuicios que nos rodean, el poco respeto hacia las madres y las criaturas, y todo lo que conlleva esta lucha que cada día numerosas mujeres deben y deberemos afrontar.
Las protagonistas de esta aventura son Virginia y Candela, dos mujeres con una gran fuerza interior, aunque una de ellas sea todavía muy chiquitita, enseguida entenderéis el por qué de su fuerza.
Cuando yo conocí a Virginia, hace algunos años ya, la idea de ser madre no parecía entrar en sus planes futuros, pero al poco tiempo me llamó y me dijo: ¡Vas a ser tía!, menuda sorpresa y que alegría trasmitía su voz…Tras preparativos, enhorabuenas e ilusión, no se sabe por qué se produjo un aborto natural, al tiempo otro, hospitales, tristeza y dudas.
Por fin, un embarazo que iba bien, que seguía el curso correcto, conocimos a Candela por ecografía y sentimos sus patadas. Vivimos la decisión de dar a luz en casa, las contradicciones y prejuicios que ello conllevaba y la pesadilla de que Candela no estaba sana.Todas estas vivencias deseo plasmarlas en este trabajo, para realizar un análisis de una gran experiencia vital, la maternidad de Virginia y Candela.Os dejo con ellas…
CANDELA
Tengo una preciosa hija que cumplirá ahora cuatro meses, pero para llegar hasta este punto han pasado demasiadas cosas y todavía quedan otras cuantas.Empezaré por el primer hermano de Candela. Hace dos años me quedé embarazada por primera vez, la ilusión fue brutal. No fue buscado, ni planeado ni nada de nada. De hecho mi pareja pensaba que era estéril porque con su ex-mujer lo intentaron y no pudieron tener hijos, según ella que se hizo pruebas la culpa era de él, así que él no hizo nada por comprobar si era cierto o no, dejaron pasar el tiempo y su relación acabó por otros motivos. Cuando me conoció a mi yo tenía claro que no quería hijos, no entraban en mis planes, tenía 20 años y él 34. Pero las cosas dan muchas vueltas y cuando nos fuimos a vivir juntos hice un descanso de la píldora sabiendo que lo del embarazo era inviable. Pero al segundo mes no me bajó la regla, y a él casi le da un ataque de alegría. Empezamos a pensar nombres, hacer planes, a contárselo a todo el mundo, y antes de que me hubiera hecho a la idea de que iba a ser madre lo perdí de 8 semanas. El dolor es indescriptible, y todas las mujeres que han pasado por un aborto lo saben. Para el resto de la gente sólo es una hemorragia para ti es el mundo que se escurre entre tus piernas. Cuando empecé a sangrar y a dolerme la tripa ya sabía como iba a acabar esto, pero me negaba a creerlo. Fuimos al hospital y lo confirmaron: no hay latido. Pero te cuentan que puede ser que estés de menos tiempo y que esperemos a ver que pasa. Te vas a casa y esperas, esperas, desesperas, sigues esperando llorando y repitiendo que es un aborto, mi pareja me reñía por llorar, que todavía no había pasado nada. Y al día siguiente pasó. En el hospital me dijeron que lo había echado todo, me dejaban ingresada tomando unas gotas y al día siguiente a casa. Hasta ese momento nunca había sentido tanto dolor, y no paraba de repetirme “pero si no quería hijos” pero lloraba y lloraba, los días pasaban y todo se iba almacenando en la memoria. Después descubres la cantidad de mujeres que tienen un primer aborto y luego tienen hijos, problema de primerizas dicen, como si eso tuviera algo que ver, ¿acaso nuestro cuerpo no está preparado desde el principio? ¿ahora resulta que la primera vez es de ensayo?Oyes barbaridades, y algunas verdades. Siete meses después volví a quedarme embarazada, se puede decir que está vez si lo buscábamos, aunque habíamos dicho: que sea lo que tenga que ser, si viene bien y sino también. Otra vez la misma ilusión pero esta vez con reparos, ahora sabes que no todo es de color de rosa, pero por otra parte piensas que lo del aborto de las primerizas ya ha pasado, que ahora tiene que salir bien por narices. Y cuando se acercaba la octava semana mis nervios afloraban, pasó el día que cumplía ocho semanas y no paraba de llorar esperando lo mismo, pero no ocurrió nada, y al día siguiente tampoco. Bueno, parece que ya está. Pasaron dos días más y empecé de nuevo a sangrar y con dolores, y bueno….todo se acababa otra vez para nosotros. Esta vez sabía de lo que iba la cosa, en lugar de sentarme en el wc para echarlo cuando noté que salía “algo” me senté en la bañera y….plof. Allí estaba mi segundo hijo, como un trozo de hígado de cerdo, no paraba de repetirme que solo era hígado de cerdo, que eso no era parte de mí, solo un pedazo de carne, ojala fuera un trozo de mi hígado en lugar de eso. Pero no ayudaba nada, lo metí en un bote de muestras de orina que tenia para unos análisis que debía hacerme en unos días y nos fuimos al hospital. No podía dejar de llorar y de temblar en cuanto me senté en el potro, me conocía la historia, otra vez a mí lo mismo. Pero esta vez fue peor, tuvieron que hacerme un legrado porque todavía quedaban demasiados restos dentro. Dijeron que solo me dormirían de cintura para abajo y que estaría despierta durante la intervención. Pero solo recuerdo entrar, ver las luces encima de mí y después temblar y llorar en una camilla, y una enfermera decirme que parara de llorar que ya se había acabado todo y que no era para tanto, ¿cómo? ¿el qué no es para tanto? ¿el legrado o haber perdido mi segundo hijo en la bañera de mi casa? Sí, sólo son células y todo lo que me quieras contar, pero eran “nuestras” células y se habían formado en mi útero. Después de un segundo aborto ya das por sentado que no podrás tener hijos de forma natural, te planteas volver a tomar precauciones para no tener otro aborto porque no crees que lo soportarías….no sabes que puede ser lo mejor para ti y tu pareja, después de hablarlo se decide no hacer nada. Dejar a la naturaleza que haga lo que le de la gana, si quiere seguir jugando con nosotros pues que lo haga y si se ha olvidado pues nada, mejor. Siete meses después otra vez embarazada, ya piensas que bueno, vale, que total, dentro de 8 semanas o así lo volveré a perder así que pasas un poco del tema, no buscas nombres y desde luego no tienes la misma ilusión que con el primer embarazo, mas bien no tienes ilusión alguna. Cuando llega la octava semana no sé donde meterme, quieres morirte antes que tener que soportar otra pérdida. Una noche me veo en la cama abrazada a la almohada llorando a moco tendido y gritando: por favor, agárrate fuerte, quédate con nosotros, te vamos a querer mucho, no me dejes así, no podría soportarlo otra vez mas, quédate conmigo, déjame ser tu mamá, quédate, quédate, quédate…. Abofeteas la almohada, te secas una y otra vez las lágrimas que no paran de salir, te abrazas a tu vientre, le hablas, y al final te quedas dormida del agotamiento. Pasan las semanas, y sigo embarazada. Mi pareja no quiere hacerse ilusiones, no me toca nunca la tripa, nunca habla del bebé, es como si no estuviera embarazada. Por fin llega el día de la primera ecografía de doce semanas. Y allí está, un feto que no para de moverse aunque yo todavía no lo noto. Y lloramos los dos, él me coge fuerte un pie mientras el médico nos explica lo que mide, lo que pesa, todavía no se sabe el sexo…….y aún así le preguntó: pero….tiene latido? Y el médico se ríe diciendo: claro!! Vamos a ser papas, voy a ser mamá. No me lo puedo creer, esta vivo, nuestro bebé está bien vivo. La alegría es la leche. Parece que nada puede estropear ese momento. Y van pasando los meses, solo tuve vómitos un par de semanas, pero nauseas todo el embarazo. Fue un embarazo perfecto, ningún problema físico, salvo lo típico: cansancio, dolor de espalda al final, nauseas a todas horas, mucha hambre, según crece la tripa incomodidad al dormir, la tripa choca con todo….y mi cara de felicidad llena los espejos.Fueron pasando las ecografías, las revisiones periódicas y todo perfecto. Quitando la prueba del azúcar, el famoso test de O´sullivan, que me lo repitieron cuatro veces, incluso saliendo todo correcto, por la simple razón de que como soy gorda tenía que salirme el azúcar por las nubes. Y no fue así, para disgusto del tocólogo, que insistía una y otra vez con lo mismo. Sin comentar que para ser un hombre trabajando a disposición de mujeres terriblemente alteradas y sensibilizadas por las hormonas era un borde cabron insensible. Pero sin rencores, eh! Él hacía su trabajo, mal pero lo hacia, y yo cada vez que salía de la consulta lloraba como una magdalena por culpa de su “tacto”. Durante el embarazo puse 15 kg en total, lo cual no era demasiado, pero si tenemos en cuenta que ya soy obesa pues claro, la cosa no estaba tan bien. Pero tienes tanta hambre durante el embarazo, tuve algunos antojos que luego he comprobado que son bastante comunes en muchas embarazadas. Rondando el cuarto mes me volví loca buscando mandarinas, me las comía como si fueran pipas. Alrededor del sexto busqué y busqué berenjenas de Almagro pero no hubo manera, me quedé con las ganas. Y durante todo el embarazo no paré de comer pepinillos, cebolletas, banderillas…..todo en vinagre y a todas horas.
Y fue pasando el embarazo tranquilamente, con reposo para evitar otro posible aborto, puesto que no sabían la razón de los anteriores.Lo más bonito fue poder verla en las ecografías en 3D y 4D, para nosotros cada ecografía nos recordaba que íbamos a ser padres, en la semana 27 fuimos a hacerlas por nuestra cuenta, íbamos fatal de dinero, así que nos las regaló la hermana de mi pareja, ella no pudo hacérselas de sus dos hijos y quería que nosotros las tuviéramos, y gracias a ella tuve las primeras fotos de Candela.
Cuando le vimos la pierna y el pie alucinamos. En ellas se puede ver como se toca la oreja en todo momento, y ahora es una de las cosas que hace cuando tiene sueño, se coge la oreja. Ya aquí nos pareció la niña más bonita del mundo, no podíamos imaginar cuando saliera.Pasé todo el embarazo participando en un foro de mujeres embarazadas, madres y demás llamado www.crianzanatural.com, y fueron las mejores amigas que pude tener durante el embarazo. Compartíamos todo, incluso las cosas mas vergonzosas. Mamis de abril fue un gran apoyo en todo el embarazo. Mi círculo de amistades no tienen hijos, se podría decir que soy la primera mamá y tenía muchas dudas e inquietudes que mis amigos no podían compartir conmigo porque no lo entendían. Si yo lloraba porque mi pareja no me tocaba la tripa la gente no lo entendía, en el foro todas me apoyaban y comprendían, porque cada una iba con su cóctel de hormonas revolucionadas y era un apoyo para las demás. Mujeres de distintas ciudades, incluso al otro lado del charco, distintas edades, distintas creencias, distintas maneras de ver la vida se unen en el momento mas maravilloso de sus vidas, su embarazo, para compartir hasta la última duda y curiosidad. Han sido mas que unas foreras, han sido amigas de verdad. Y después del parto lo demostraron en vivo. Gracias a este foro y las experiencias de otras mujeres empecé a informarme sobre muchas cosas de la maternidad, cosas que siempre se dan por sentadas y no siempre tienen una sola versión. Siempre he creído que te quedabas embarazada, te hacían pruebas, parias en el hospital con tu pareja, le dabas el pecho a tu hijo hasta los 6 meses, y así seguía la cosa. Pero después de leer y leer te das cuenta que no todo tiene que ser como todo el mundo hace. Mi cuñada les dio el pecho a sus dos hijos hasta pasados los 2 años, y son preciosos y sanos. Durmieron con ellos en la cama y nadie murió aplastado. Hay gente que lleva a sus hijos colgados en lugar de en carrito y no se les escurren por abajo. Gente que decide parir en casa y no se han muerto en el intento. Como siempre he dicho: hay gente pa´tó! Existen varias páginas sobre el tema, pero www.elpartoesnuestro.com y la anterior nombrada te ayudan bastante. Al menos a mí. Y empiezas a darte cuenta de muchas cosas que no tienen porque ser blancas o negras, y empiezas a comentarlo en casa. Lo de borrar años de creencias en un hombre y cambiarlas por otras cuesta un rato largo. Pero después de meses de embarazo dando por saco y a base de relatos de partos y algún documental de la tv, como “De parto”, acaban por decir: cariño, pares donde quieras y como quieras, pero por favor, que no te rompan una costilla subiéndose encima de ti ni que agujereen la cabeza de la nena.Una vez tienes el aprobado de la otra parte del asunto empiezas a buscar información mas concreta, es decir, en tu ciudad y en tu gente. Y ahí empiezan los problemas de querer parir en casa. El primero el dinero, es muy caro teniendo en cuenta que puedes hacerlo gratis en un hospital. El segundo la matrona, sólo hay un grupo en Zaragoza que lo haga. El tercero, tu familia. Empiezan a lloverte amenazas “sutiles” del tipo:-si pares en casa la niña morirá. Y tú también.-si pares en casa eres una loca irresponsable.-si pares en casa eres una cavernícola con un hueso en la cabeza de coletero.-si pares en casa es por llamar la atención.-si pares en casa……
Eso sin contar insultos, y las mujeres sobretodo a decir que en el hospital se pare estupendamente, que “viva la epidural”, que no sé el riesgo innecesario que estoy corriendo. Desde mi madre, mi suegra, el tocólogo, mi matrona del centro de salud, mi amigos, mis vecinos, la panadera, el carnicero….todo el mundo se cree con derecho a opinar sobre cómo voy a parir y donde. Lo mas gracioso era cuando opinaba gente que ni siquiera había parido, o que ni siquiera tenían útero. Y lo peor, cuando el marido de tal decía que su mujer parió en el hospital tal y todo fue bien, y luego hablas con la susodicha y estuvo gritando como loca muchas horas antes del expulsivo, le rajaron desde el ombligo hasta la nuca (porque eso no puede ser una episiotomía normal), le cosieron como si fuera una colcha pathwork, y encima dejó de dar el pecho porque a los dos meses “su pecho no tenia leche”. Luego hay gente que va viendo que tienes razón, o al menos que tienes derecho a tener tu propia decisión de cómo traer a tu hijo al mundo como mi madre, mi suegra, algunos amigos….y otros que todavía tienen reservas como mi madre, mi suegra, algunos amigos…. Y empiezas a ilusionarte con el parto, si, lo he escrito bien, ilusionarte no acojonarte como todo el mundo cree. Y la gente te empieza a preguntar cosas cómo:-parirás en casa SOLA? No, alma de cántaro, sola no, estaré con mi matrona, una doula, mi pareja, mi madre, mi cuñada, mi perra y mis gatos.-parirás con DOLOR? No, con dolor no, con sensaciones.-parirás sin EPIDURAL? Mi “epidural” serán las posturas, los baños de agua caliente, los masajes, el saber que mi bebé nacerá y no la despegarán de mi lado.-y luego tienes que ir al hospital, verdad? Pues no, si doy a luz en casa es precisamente para no tener que pisar el hospital, no me hace falta, para eso viene la matrona a hacerte revisiones.-y si no puedes o algo sale mal? Entonces para eso está el hospital, para lasurgencias. Una mujer puede parir sin hospital, sólo le hace falta estar embarazada y tener un agujero por el que salga el bebé.
Me parto de risa cuando la gente me dice que soy demasiado moderna, ¡jajaja! ¿Moderna? ¿Por querer hacer algo que llevan haciendo todos estos siglos las mujeres solas? Bueno, y todavía hoy en muchas partes del mundo. En las tribus nómadas de Somalia, por ejemplo, la mujer embarazada cuando cree que ya está a punto de dar a luz deja la tribu y desaparece unos días, cuando vuelve lo hace con su bebé en brazos. Sólo se llevan un cuchillo para cortar el cordón. ¿Y me quieres decir que ella está preparada pero yo no? ¿Acaso su útero ha hecho un master y el mío no? Y la única diferencia entre las mujeres de hace miles de años y yo ha sido que la cabeza humana al desarrollarse el cerebro ha tenido que crecer mientras que las pelvis han seguido siendo las mismas, por eso duele. Pero ese dolor puedes afrontarlo de muchas maneras distintas, o no afrontarlo y pedir la epidural. Yo no pensaba que fuera dolor, además, con el chute de oxitocina, endorfinas que segregaba mi cuerpo en lugar de llorar lo que hacía después de cada contracción era descojonarme de risa. Y mi matrona, la doula y mi familia no lo comprendían.Me adelanto a los acontecimientos, no puedo evitarlo. El caso es que rompí aguas un viernes a las 7 de la mañana, el día anterior expulsé el tapón mucoso. Y a partir de ese momento todo me pareció emocionante y estaba muy ilusionada, pero todo fue pasando según pasaban las horas. Cuando me vio la matrona una hora después de romper aguas estaba de 3 centímetros, parecía que todo iba por buen camino. Y tenía a medio mundo en vilo por saber cuando daba a luz. En mi casa estaban mi madre y su pareja, mi pareja, la perra, los 3 gatos y el conejo. Y estaban de camino mi suegra, mi cuñada, el marido y dos niños. Y con la noticia de la rotura de aguas llegó mi mejor amigo y dos amigas más. Alguna visita más de algunas amistades fugaces, pero el resto de la gente mencionada estaban todos en casa. Y el sábado se presentó mi hermano. Al principio nadie quería que pariera en casa, pero ya que lo iba a hacer todo el mundo quería ser el primero en ver a Candela. Y sabían que esto sería mucho mejor en cuestión de ver a la nena que en un hospital. Pero el viernes pasó sin cambios, y yo sin poder dormir de la emoción. Pasó el sábado tampoco pasó nada, y las 13 personas que estaban en mi casa empezaban a inquietarse. Empezaron las bromas que empezaron a ponerme nerviosa:-seguro que vas a parir?-no la habrás parido ya y la tienes escondida para que no la veamos, no?-si eso, si te parece bien….esto…..cuando quieras pares, eh!-por qué no vamos al hospital?
Y Candela sin salir, y yo pasando las contracciones entre risas y algunos lloros, mas por la frustración de que no salía que por dolor. Lo cierto es que no sentía dolor, o al menos no lo recuerdo así. Y llegó el domingo y seguía sin ocurrir nada, ya la gente de mi casa se desesperaba, no paraban de preguntarle a mi pareja que porqué no me llevaban al hospital ya, y la matrona y la doula para disgusto de todos me aislaron de mi familia, lo cual inquietó mas a los de mi casa, que no sabían que pasaba, salvo que me oían gritar de vez en cuando. La perra con cada uno de mis alaridos subía a ver que pasaba, olfateaba todo y se volvía a ir al ver que no había nada nuevo. Llegaron las 5 de la tarde y la matrona me dio un ultimátum, teníamos que ir al hospital, aunque la nena estaba bien ya habían pasado muchas horas con la bolsa rota y yo no había dormido nada, no estaba agotada, sabía que podía aguantar un poquito mas. Y después de muchos lloros y rogar que no, que al hospital ni loca me dieron 5 horas más. Si no paría en 5 horas me llevaban de los pelos si hacia falta al hospital. En mi casa empezaron a hacer especulaciones sobre lo que pasaba allí arriba en mi cuarto. Decían que la matrona y la doula me habían comido el tarro, que estaba ciega y no sabía lo que hacia, los veía llorar cada vez que iba al baño a mear o a darme baños. Deseaba haber sido una mujer somalí y desaparecer en el desierto. Pero yo misma fui la que “invitó” a toda la gente que estaba en casa para ese gran momento. Lo que no sabía era que ese gran momento se convertiría en el peor fin de semana para mis seres queridos. Por fin me rendí, después de llorar y llorar cogida al brazo de mi pareja, porque me negaba a ir al hospital, nunca me he sentido tan frustrada en mi vida como en aquel momento cuando le dije a él: tu tomas la decisión, yo no soy capaz. Y me dijo: pues vístete, nos vamos al hospital.Una vez allí empezó la peor parte, ahora si que sentía dolor. Fue tumbarme en la camilla, ponerme el gotero con oxitocina sintética y empezar a desvanecerme. Con cada contracción parecía que perdía el sentido, y mi matrona me recomendó que dejara de hacerme la valiente y pidiera la epidural. Había leído mucho sobre ella, y sabía que no la quería. Pero ya no era lo mismo que en casa, era como si estuviera en un manicomio atada con correas y una mujer diciendo: así que pariendo en casa, eh? Pues aquí se hace lo que yo diga, guapa! Vino una mujer mas joven y no sé como acabó poniéndome la epidural, y yo seguía pensando: qué narices hago aquí?Después de rogar varias veces que entrara mi pareja al fin le dejaron entrar, no sé cuanto tiempo había pasado. Sólo sabía que habían monitorizado a Candela por la cabeza, y la matrona que me atendía no paraba de darme ordenes y decirme que aquí mandaba ella, que me abriera de piernas bien que tenía que clavarle eso en la cabeza al “feto”, y lo que de verdad me apetecía era clavárselo a ella en su co*o. Pero ya digo, me rendí desde el momento en que entré por la puerta del hospital. Ya no me sentía dueña de mi misma, y aquella odiosa mujer me lo recordaba constantemente. Al fin parecía que asomaba la cabeza, me iban a llevar a la sala de partos. No dejaron que entrara mi pareja hasta que no se aseguraron que aquello iba bien, por fin entró él y se puso en mi cabeza, cogiéndome de las manos. No recuerdo si me besó la frente como hacen en las películas, pero estaba conmigo, eso era suficiente. Las luces sobre mi cabeza, aquella repelente mujer en mi entrepierna, todo mujeres a mi alrededor y yo pidiendo que no me hicieran episiotomía por favor, lo rogaba una y otra vez. Y pedí mi placenta, alguien dijo: para qué co**nes quiere la placenta? Y otra le respondió: es suya, que se la quede. Después de mas de 60 horas en casa y creo que unas 3 o 4 mas en el hospital por fin salió Candela, y me lo había perdido “gracias” a la maldita epidural. Me la pusieron encima 3 segundos, lo suficiente para verla y se la llevaron a una camilla al lado, los dos mirábamos como le metían y le sacaban cosas de su pequeño cuerpo, y en mis bajos seguía trasteando aquella pedorra, pero aquello ya no me importaba, estaba viendo a mi hija, mi hija, nuestra hija, soy madre….no dejaba de flipar, y entonces mi pareja si que me dio un beso. Volvieron a ponérmela encima otros 3 segundos y me dijeron que se la llevaban para ponerle oxigeno un rato, porque parecía que le costaba respirar, pero que para cuando me subieran a la habitación ella estaría allí conmigo.No me rajé, ni hubo episiotomía, ni puntos ni nada. Y le dieron la placenta a mi pareja, que se la dio a mi madre que la metió en el bolso. La placenta, en un principio si hubiera parido en casa quería comer un trozo con zumo de naranja, pero ya había pasado por demasiadas manos, ahora quería enterrarla en algún sitio bonito y plantar algo en esa tierra. Pero por desgracia ni siquiera pude verla, pero mi perra si la estuvo olfateando cuando mi madre la llevó a casa y la guardó en el congelador. Después con el traslado de mi casa se perdió entre las cosas y cuando la encontraron estaba descongelada y la tiraron.Por fin me subieron a la habitación, al poco llegó mi pareja y mi madre, pero la nena seguía sin subir. Nos quedamos dormidos. Y la trajeron después de salir mi madre a reclamarla en dos ocasiones. Y subió. La cosa mas bonita que había visto en mi vida. Aunque ahora reconozco que estaba hinchada, morada y fea, parecía un luchador de sumo. Pero para mi era la mas bonita de la habitación, del hospital, de Zaragoza, del mundo.Nació el 2 de abril del 2007 a las 1:06 a.m. El lunes transcurrió con las visitas pertinentes, y el martes igual. Al día siguiente nos darían el alta y podríamos regresar a casa donde estaban haciendo la mudanza a la casa nueva que estaba en obras porque la estábamos reformando. Candela no se enganchaba a la teta, no había manera, y las enfermeras en lugar de ayudarme me reprochaban ser primeriza y no tener ni idea. El martes por la noche se la llevaron para no sé qué, porque todavía no me han explicado que narices hacían cuando se los llevaban, y la de mi compañera de habitación regresó, pero Candela no volvía. Pasó cerca de una hora y por fin la trajeron, pero iba acompañada de dos pediatras que nos explicaron que la nena se tenía que quedar en neonatos ingresada para que la viera el cardiólogo al día siguiente por un soplo que habían escuchado, que no tenía la mayor importancia, que podríamos visitarla y que debido a que no cogía el pecho le había dado un bajón de azúcar y por eso le detectaron el soplo. Creo que fue eso todo lo que dijeron. Fuimos a verla en los horarios que tenían para visitarla, y al día siguiente me dieron el alta pero a ella no. Nos mandaron a casa sin saber nada todavía, y cuando apenas llevábamos media hora en casa llamaron por teléfono. Yo estaba desnudándome para acostarme un rato y subió mi pareja diciendo que me vistiera rápida, pero no me decía la razón: que te vistas!!! Me gritó. Y fue entonces cuando me tuvo que decir que habían llamado porque a la niña en media hora se la llevaban a Barcelona para operarla. Me quedé quieta, parada, creo que incluso el corazón se me paró. Y sino fue así, lo que si se paró fue mi cabeza. Salimos pitando, y al llegar allí nos dice un médico que la niña tiene una cardiopatía congénita, un truncus arterioso (ni puñetera idea de lo que era eso), que tenían que operarla pero que sólo podían hacerlo en Madrid y Barcelona, y Barcelona aceptó a la niña, si no lo hacían la niña moriría. Nos quedamos helados, no sabíamos que preguntar, ni que decir, ni siquiera nos atrevíamos a mirarnos a la cara. A la nena se la llevaron en ambulancia, no nos dejaron ir con ella a ninguno de los dos, tuvimos que buscar transporte corriendo, pero todo estaba lleno debido a las vacaciones de Semana Santa. Al fin encontré un autocar que salía en media hora, mi madre y mi cuñada nos hicieron una maleta con lo que les pareció y nos la trajeron a la estación. Él y yo ni siquiera hablamos en todo el viaje, que duró más de lo previsto por los atascos. Cuando llegamos allí una pediatra nos explicó que la niña estaba estable, que le estaban dando una medicación, que no nos preocupáramos, que nos fuéramos a dormir y que volviéramos al día siguiente para hablar con el cardiólogo.Y como corderitos obedecimos, nos fuimos a casa de mi tía que vive a una hora en metro del hospital, eran las 4 de la mañana. Como era de esperar al día siguiente nos quedamos dormidos, y cuando fuimos ya había pasado el cardiólogo a verla, nos lo explicó todo una pediatra. Creo que yo todavía no reaccionaba, estaba ausente. Mi pareja tuvo que tomar el mando porque yo cada día que pasaba y la veía allí tumbada llena de cables me derrumbaba y lloraba al pensar en miles de cosas. Tenía ropa que nunca estrenaría, esto no era el primer contacto que yo tenía pensado. No podía bañarla, no podía quedarme a dormir con ella, ella no estaba rodeada de gente que la quería y una madre llorando cada vez que la cogía en brazos no era lo mejor, pero era lo único. Fue muy duro la espera para la operación, siempre venían y nos decían: está estable, esperaremos todo lo que ella aguante para la operación. Y pasaron dos semanas sin saber nada mas, y ya papá se tuvo que ir y me quedé allí sola, sin mas compañía que las enfermeras y los otros padres de los bebés de neonatos. La mayoría eran prematuros y los otros dos o tres bebés que había sabía que también era de corazón la operación que estaban esperando. Incluso semanas más tarde nos enteramos que uno de los bebés, que estaba siempre solo, el día que vimos a los padres fue porque vinieron para desconectar las máquinas. Lloré y lloré el día que lo supe, y no paraba de repetirme: si el bebé de ellos ha muerto, qué tiene la nuestra de especial para que no pase lo mismo? Y todos los días igual, me levantaba en casa de mi tía, me duchaba, desayunaba algo y me iba en metro al hospital, tardaba una hora. Entraba, le daba un beso y volvía a salir a sacarme la leche, volvía con la leche, le daba de comer, la cogía, la besaba, le cantaba, le hablaba, volvía a salir a sacarme leche, comía, volvía a sacarme leche, hablaba con las otras madres en la sala de extracción de leche, entraba, la cogía, la besaba, le hablaba, hablaba con su enfermera que era un encanto, volvía a salir a sacarme leche, merendaba, volvía a sacarme leche, hablaba con las otras madres, entraba y estaba un rato con ella, la besaba, le cantaba, le daba de comer, y esperaba a que se durmiera para irme, porque me resultaba imposible irme si tenía los ojos abiertos y me miraba, parecía que me acusaba a mí de lo que le estaba sucediendo y me preguntaba: ¿por qué no me voy contigo mamá? ¿Dónde está papá? ¿Me dejas sola? ¿Por qué me coge esa señora de blanco mas que tú? ¿Por qué llevo esto en la nariz metido que estorba tanto? ¿Por qué a veces no como por la boca pero me siento llena?.......y así me iba mi hora de metro llorando a casa de mi tía, cenaba, me sacaba leche y a dormir. Un día tras otro. Y cuando ya tuvimos fecha para la operación parecía que me iba a morir. Fue la peor semana, era como estar esperando el fin. Un día antes tuve que hablar con el cirujano que me explicó algo de la operación, firmar papeles de consentimiento de anestesia, de operación, de sangre….y no paraba de pensar: estoy firmando el finiquito.Mi pareja llegó esa misma noche, antes de la operación, estuvimos esperando para que la bañara él. Hacía una semana que me dejaban bañarla a mí. Le dimos de comer y nos fuimos a dormir. A la mañana siguiente llegamos justo cuando se la llevaban a quirófano, eran las 8 de la mañana. Me temblaba todo, entre nosotros no habíamos hablado en el metro. Ya está. Ahora tocaba esperar. Me dijeron que duraría unas 6 horas la operación. Fue la mañana mas larga de mi vida. Pasaron las 3 de la tarde y nadie nos decía nada, ya debían de haber acabado, pero nada. Una hora mas tarde nos llamaron para hablar con nosotros. Había salido bien. Bien. Estaba bien. Esta viva. El entrar en neonatos cuando la llevaron para allí fue muy duro. Mi pareja entró y salió al verla. Y yo me quedé allí, llorando, sin atreverme a acercarme a ella. Ya los dos dentro con ella íbamos a pasar juntos las primeras 48 horas que eran las más peligrosas. Si superaba eso podía superarlo todo me dije. Y así fue, pasaron las horas, yo iba a sacarme leche y volvía a entrar con ella, él dormía en la sala de espera y entraba y salía de vez en cuando. Pasados dos días y medio nos fuimos a casa de mi tía a dormir y ducharnos, ya había salido fuera de peligro, o eso se suponía. No te imaginas lo duro que puede ser esto hasta que no te sucede, ver a tu hija como si fuera una rana a la que van a diseccionar. O mejor dicho, a la que han diseccionado ya. Se despertó de la anestesia, nos miró con esos ojos y nos quisimos morir. Le subieron la dosis de sedación para que no volviera a despertarse hasta pasados unos días. Mi pareja no paraba de repetir: tiene cara de muerta, tan estirada y encima le brilla de la vaselina que le echan en los ojos. Estar mirándola cada día que pasaba era como si te arrancaran un órgano con unos alicates. Cada vez que le quitaban una cosa la alegría nos cubría por unos momentos. Primero fue la sonda del pipí. Luego el drenaje. Otro día la extubaron y ya respiraba con unas gafas de oxigeno. Una vía de un pie, otra de una mano…..y así fueron quitando cosas poco a poco, día a día. La operaron el miércoles 25 de abril, y el lunes cuando le quitaron el tubo de la respiración artificial se fue papi. Esa tarde volví a cogerla en brazos, no paré de llorar en un buen rato y me repetía por dentro: mi hija está viva. Y volvieron a pasar los días. Ahora esperaba ansiosa que se recuperara del todo y nos mandaran a casa, y todo acabaría de momento. Ya sólo tendríamos que venir a revisiones y a esperar la siguiente operación dentro de 3, 4 o 5 años.Con tantas cosas en la cara la pobre intentaba mamar pero le resultaba muy difícil, por no decir imposible. Pero no se enganchó, todavía le ofrezco el pecho pero sigue sin agarrarse y mamar, lo que me ha llevado a una frustración enorme, y que la leche me desapareciera con los días a pesar de yo sacarme con el sacaleches. Y por fin pude ponerle un body. Ya no estábamos en la UCI de neonatos y ahora ya podía vestirla, y bañarla cada día y esperar nuestro regreso a casa. Después de estar mes y medio en el hospital por fin nos mandaron a casa. Mi familia no había podido ver a la niña desde el día que nació, salvo mi tía porque vivía en Barcelona. Y la familia de mi pareja se tuvo que volver a Motril sin haber visto a la niña más de 20 minutos cuando nació. Los pobres aún siguen sin conocerla, no hemos podido ir ni ellos subir, esperamos para noviembre que cogerá vacaciones mi pareja poder ir a enseñarles a la preciosa nieta, sobrina y prima que tienen.En casa fue como empezar desde cero, daba la sensación que acababa de parir de nuevo. La gente iba y venía a mi casa para ver a Candela, y todos decían que estaba estupenda, que parecía mentira que estuviera enferma y que hubiera pasado lo que había pasado. Yo no dejaba de enseñar la cicatriz de Candela a todo el mundo, fue la recomendación que me dieron, si nosotros la enseñábamos ella no la escondería. La gente no quería oír cómo lo había pasado en el hospital, nadie se sentaba conmigo y me preguntaba por eso. Era mejor decir que la niña estaba estupenda y borrar ese mes y medio anterior. Pero yo no podía borrarlo, y mi pareja menos. Hubo gente que dijo que lo que le había pasado a la niña era culpa mía, por querer parir en casa. Hay gente que es mejor que se meta su ignorancia por donde le quepa antes de herir los sentimientos de una madre que ha sufrido más de lo que se esperaba. Y explicas una y otra vez que cardiopatía congénita significa que se forma así en el útero, que yo no tengo nada que ver, que no es hereditario, que no he hecho nada para que pueda afectarle, que ocurrió al azar cuando se formó el corazón. Y gente que va más allá y te culpa de lo de la niña porque mi madre y yo leemos el tarot: eso os pasa por jugar con el demonio. En fin, que tienes que oír, intentar no darles con la sartén en la cabeza y seguir con tu vida como si esas personas no supieran hablar, porque si les haces caso y empiezas a darle vueltas a sus versiones de la vida acabarías tirándote por la ventana, y tengo una hija que cuidar.Mi madre por fin puede coger a su nieta en brazos, y no la suelta ni para mear. Y empiezas a hacerle fotos chorras, estaba deseando. Y sin querer se pasan los primeros 15 días en tu hogar, dulce hogar, cuando tenemos que ir a la primera revisión para darle el visto bueno a la nena y otra vez para casa. Nos levantamos temprano, llevo un par de mudas para la nena por si vomita o se mancha, sus medicaciones, para prepararle los bibes, me voy sacando leche en el viaje en el coche….llegamos, esperamos en la sala de espera como gente corriente que viene a una visita y cuando entramos y le miran su corazoncito con el ecógrafo nos dicen que se queda ingresada, y yo con ella. ¿Cómo? ¿Qué? ¿No estaba tan bien? ¿No se supone que hasta dentro de unos años no tenemos que volver a pasar por nada de esto? Pues nos ingresan, y yo sin bragas. Sí, parece mentira, pero lo primero que se me pasó al decir que la ingresaban era que yo no tenía bragas. La cabeza a veces va a un ritmo distinto que tú. Y otra vez empezamos a luchar, por decir algo, porque empiezas a entender la razón por la cual quitan las manetas de las ventanas, y no puedes abrirlas, es para que no nos tiremos por las ventanas. Porque ganas no te faltan. De repente te ves encerrada en una habitación las 24 horas del día, ahora estábamos en planta, y la niña no se puede quedar sola claro, tengo que estar yo con ella todo el tiempo.Cosas buenas:-tengo baño para mí sola y Candela, aunque ella no lo usa todavía.-tengo aire acondicionado en junio.-tengo televisión gratis plana con canal+ y demás.-Candela está muy atendida: le hacen la cama cada día, le traen biberones, le traen su medicación, pañales….-las enfermeras son todas un encanto, casi todas de mi edad.(tengo 24)-podemos pasear por el pasillo y después de 15 días allí también por el hospital y el parque que hay al lado.-me relaciono con los vecinos de habitación (con los padres mejor dicho)-tenemos vistas al mar.-puedo dormir en la cama.
Cosas malas:-no sabemos cuando saldremos de allí.-cada mañana viene el médico a verla y a decirme que esta estable.-no tienen fecha nunca para el cateterismo.-somos las veteranas del pasillo.-las enfermeras se van de vacaciones, vuelven y se alegran de vernos en nuestra habitación. (otra vez).-tengo que lavar la ropa por las noches y tenderla en el baño para el día siguiente, mientras pongo un cartel en la puerta que dice: mamá está lavando la ropa y está desnuda, si no quieren llevarse una sorpresa llamen a la puerta, por favor.-las amistades que voy haciendo se van yendo con el alta, nosotras no.
Y un día la cosa mejora, gracias a las chicas del foro de crianza natural que se enteran de que estoy allí ingresada y empiezan a venir a visitarnos, cada día venía alguna madre con su baby a vernos, nos traían cosas de comer y leche para Candela materna. Sí, puesto que a mi no me salía leche acepté la propuesta de una madre a recibir leche materna para Candela. He de decir que al principio me parecía una idea algo extraña, pero cuando llamé a mi pareja y me dijo que muy bien, que se había hecho toda la vida, las famosas nodrizas que amamantaban los hijos de otras. En cuanto les dije a las chicas que sí abrieron una cuenta corriente para ingresar dinero, cada una lo que podía y comprarme una nevera pequeña para la habitación, en 3 días la tuve. Y te emociona saber que hay gente solidaria por el mundo, y a la vez te das cuenta de que eres tú la que está en una mala situación, eres tú la que necesita ayuda, eres tú la que da pena. Arriba conmigo y nuestros bebés algunas chicas del foro, al lado Vayuna con Candela (una de nuestras vecinas en el pasillo), Candela con Alba (otra vecina de 2 años allí ingresada, gracias a su madre se me hizo mas corta la estancia), y por supuesto, Candela con Lila, la hija de la chica del foro que venía cada día a vernos y traernos leche, le debo mucho. Y otras tantas personas que hicieron nuestra estancia menos horrible y solitaria, porque quiero mucho a mi hija, pero para dar conversación no sirve la pobreta. Ellas no se habrían movilizado si a lo mejor tu no hubieras recibido la peor noticia de tu vida, el día que vino el cardiólogo a la habitación y estando una de las chicas del foro, la madre de Lila que fue un gran apoyo para mi, te suelta que Candela está peor de lo que esperaban, sus arterias pulmonares son muy estrechas y la sangre no puede pasar toda por lo que se queda acumulada en el ventrículo derecho y encharca el hígado, si le hacen el cateterismo y no funciona habrá que esperar a ver cómo evoluciona, o en otras palabras, me dijo: pueden pasar 3 cosas, que ella crezca y las arterias pulmonares también y se solucione solo. Que ella crezca pero esas arterias crezcan pero no lo suficiente y siempre irían por detrás de ella. O que ella crezca, las arterias no, se obstruyan y muera. Y he de decir que no soy nada optimista al respecto. Mi barbilla temblaba, y lo único que podía pensar era en que se fuera ya para poder llorar por mi hija. La enfermera me dijo después lo mismo pero con mas dulzura, pero al fin y al cabo dijo lo mismo: tu hija se va a morir, ¿quieres hablar con un psicólogo? ¿Necesitas algo? Sí, un milagro, pídeme hora con Dios.Y ahora tenía que llamar a mi pareja y contárselo, ¿cómo le dices al padre que su hija se muere? Llamó él antes de darme tiempo, escuchó lo que me dijo el médico y me colgó. Al rato debió de asimilarlo y volvió a llamarme, esta vez para dar ánimos y preguntar por mi estado. Y sólo podía pensar en las palabras de la enfermera: cuando está muy mal la cosa recomiendan que paséis los últimos días en casa y aprovechéis lo que podáis los últimos días de vida. Últimos días de vida. Pero si acaba de empezar a vivir. No lo entendía. Me negaba a creer algo así, después de haber superado una operación con un índice de mortalidad de un 4 en una escala del 1 al 5, a mi hija no le puede pasar esto, a mí no me puede pasar esto.Pero pasa, y las enfermeras son mas cariñosas contigo, viene una psicóloga a verme cada dos o tres días, mi habitación de repente siempre está llena de gente. Quizá teman que me tire por la ventana. Pero si no tengo la maneta, tranquilizaros.Llega el día. La noche anterior viene mi pareja, dormimos, yo en la cama y él en el sofá-cama. Las 8 de la mañana, cuando vienen a por ella. Pero no viene nadie. El camillero no vino hasta las 11 de la mañana. La acompañamos, el cardiólogo nos explica todo y nos dice que en 3 horas llamaran a la habitación 572, la nuestra, para decirnos que bajemos. Y las horas pasan con la psicóloga, con risas, con nervios, comemos. Por fin llaman. Bajamos. La vemos, está viva, eso no puede ser mala señal. Pero cuando entramos a hablar con los cardiólogos nos dicen que no ha habido éxito, sólo han conseguido dilatar un 20%, eso no es nada, pero nos puede dar tiempo para ver como evoluciona ella. O sea, vamos a esperar a verla morir, es lo que entiendo. Pero al día siguiente le hacen una ecocardio y dicen que parece haber mejorado un poquito. La solución será ir haciendo cateterismos cada 2 o 3 meses hasta que ella tenga un año y medio de vida, entonces si no se ha solucionado pasaran a cirugía mayor (otra vez a abrirla en canal como un cerdo, es lo que pienso). Esperan que se solucione, porque sino….sino….no sé ni quiero saber qué pasará sino. A la semana nos dan el alta, creen que es una tontería estar aquí cuando lo único que le hacen es darle la medicación que yo puedo darle en casa. Una de ellas le irrita el estómago y la hace vomitar cada noche. Hemos pasado todo Junio en el hospital. A mi me parece toda una vida. Mi hija cumplirá en 3 días 3 meses y sólo ha estado en casa 15 días, me parece surrealista.Llega la primera revisión a los 15 días, la ven bien, bueno…ni bien ni mal. Sigue estable, dicen. Nos veremos en un mes. ¿Cómo? ¿Un mes? ¿Seguro? El cardiólogo me asegura que no pasará nada, que es mas probable que tengamos un accidente de camino a casa que a la niña le pase algo. No me lo puedo creer, nos vamos a casa en el mismo día. Esta vez me había traído mi maleta, la de Candela y la nevera que nos regalaron las del foro. Candela echó su primera sonrisa en el Hospital, y fue a su papá.Ahora nos encontramos esperando el día de la segunda visita desde su alta del hospital, no albergamos grandes esperanzas, de hecho prepararé la maleta para una estancia larga, ya sabemos que si no la ingresan en agosto será en septiembre, pero que tienen que hacerlo. Lo bueno es que ya conozco a las enfermeras, conozco mejor el hospital que el pueblo donde vivo, y hasta los de mantenimiento me dicen cuando me ven: ¿pero todavía por aquí?Sólo me vale pensar que Candela es muy fuerte, y yo tengo que serlo por ella. Y hacer caso omiso a los comentarios de algunas personas, si no entienden lo que estamos pasando no entenderán nunca lo que significa ser madre. Yo lo estoy aprendiendo con lecciones que hubiera preferido ahorrarme, pero nunca eliges al profesor, ¿verdad? Cada día me maldigo por ser mala madre, y cada día me consuelo pensando que soy la mejor madre que ha podido tener ella, o al menos soy la única. Y con todo esto que estamos pasando me dice la gente: y todavía te quedan ganas de quedarte embarazada otra vez?Por supuesto, si la enfermedad de Candela ocurre un caso entre mil, ya sería mala leche que nos tocará otra vez, ¿no? Jajaja! Espero que el siguiente se me enganche a la teta y pueda disfrutar de los primeros 3 meses en casa que no pudo tener su hermana mayor, y bueno, toda una vida con su hermana, la luchadora.
Candela y su mamá hace 24 años.
2 comentarios:
Pues si Virginia, tu eres la mejor madre que Candela ha podido tener, por que eres fuerte y eso es lo que ella necesita sentir, la seguridad de que todo va a ir bien.
Os deseo lo mejor del mundo a las dos, aunque ya lo teneis, os teneis la una a la otra.
Besos
Nuria (Ma07)
que meses tan duros. Tu historia es un ejemplo de lucha!
Publicar un comentario